martes, 24 de noviembre de 2015

TEMAS PARA VIVIR Y CELEBRAR EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA



TEMA 1
¿QUÉ ES UN JUBILEO?
JUBILEO DE LA MISERICORDIA

LA SEÑAL DE LA CRUZ
GLORIA AL PADRE…
CANTO: (CANTO SUGERIDO: AMAR ES ENTREGARSE)

LA ALEGRIA DE ENCONTRARNOS

“Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre”[1]. “La  misericordia tiene un nombre: se llama Jesucristo”[2]. La misericordia es una cualidad divina, que en Jesucristo se ha hecho carne y ha llegado a su máxima expresión en la historia. El hombre  de todos los tiempos, y más el nuestro, necesita contemplar ese rostro de amor hasta el extremo que en Cristo se nos ha revelado.  La misericordia de Dios es capaz de transformar nuestro corazón de piedra para hacer un corazón de carne, sensible a los  impulsos del Espíritu y a las necesidades de los demás.

El Papa Francisco nos convoca a un Jubileo Extraordinario de la Misericordia: “Queridos hermanos y hermanas, he pensado frecuentemente en cómo la Iglesia pueda hacer más evidente su misión de ser testigo de su misericordia. Es un camino que inicia con una conversión espiritual. Y tenemos que andar este camino. Por eso, he decidido llamar un Jubileo extraordinario que tenga en el centro la misericordia de Dios. Será un Año Santo de la Misericordia. Lo queremos vivir a la luz de la palabra del Señor: “Sean misericordiosos como el Padre” (cfr Lc 6,36) Este Año Santo iniciará en la próxima solemnidad de la Inmaculada Concepción y concluirá el 20 de noviembre de 2016, domingo de Nuestro Señor Jesucristo Rey del universo y rostro vivo de la misericordia del Padre” Será una gracia extraordinaria para toda la Iglesia, también para nuestra diócesis de Santa Rosa de Lima.

La misericordia es para el Papa Francisco un tema central  de su vida y de su pontificado. Y es providencial para una época tan herida como la nuestra. Ya en su lema episcopal y papal “Miserando atque eligendo” (le miró con sentimiento  de amor y le eligió). En su exhortación apostólica, Evangelii gaudium (La alegría del Evangelio) ha reiterado continuamente con gestos y palabras: “La Iglesia vive un deseo inagotable de brindar misericordia” (EG 24), porque es como la “casa abierta del Padre... donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas” (EG  47). La Iglesia es como “una Madre de corazón abierto” (EG 46). Frente a una “globalización de la indiferencia” (EG 54),  una “cultura del descarte” (EG 53), una “civilización herida de anonimato” (EG 169)... hay que ejercitar “el arte del acompañamiento”, “el arte de escuchar” (EG 171). El Año de la Misericordia será una ocasión excelente para renovar la identidad más profunda de la Iglesia en un mundo  herido por el pecado y por la injusticia. Es tiempo de actuar, una vez que sabemos en qué consiste la misericordia cristiana, pues ésta crece con el ejercicio.

Por eso, el Año de la Misericordia está orientado a la acción concreta mediante las obras de misericordia corporales y espirituales, que hemos de tener  como programa especial en este año. Las obras de misericordia corporales son: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir a los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y las obras de misericordia espirituales son: enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que yerra, perdonar las  injurias, consolar al triste, sufrir con paciencia los defectos del prójimo, rogar a Dios por los vivos y los difuntos (Bula  Misericordiae  vultus 15b). El Año de la Misericordia, también será ocasión propicia para acercarnos al sacramento de la misericordia y los sacerdotes tendrán más oportunidades de ejercer su ministerio en  favor del Pueblo de Dios que se les ha confiado. A lo largo de estas catequesis encontraremos algunos puntos importantes para la vivencia plena del año de la misericordia. Vivamos y celebremos como hermanos la misericordia de Dios.

HABLEMOS CON DIOS

Oh Dios, cuya Misericordia es infinita y cuyos tesoros de compasión no tienen límites, míranos con tu favor y aumenta tu Misericordia dentro de nosotros, para que en nuestras grandes ansiedades no desesperemos, sino que siempre, con gran confianza, nos conformemos con tu santa voluntad, la cual es idéntica con tu Misericordia, por nuestro Señor Jesucristo, Rey de Misericordia, quien contigo y el Espíritu Santo manifiesta Misericordia hacia nosotros por siempre. Amén.
CANTO DEL ALELUYA

ESCUCHEMOS LA PALABRA

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS
 (4. 14-22)

Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu y su fama se extendió en toda la región. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan. Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír». Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es este el hijo de José?». PALABRA DEL SEÑOR.

REFLEXIONEMOS LA PALABRA

Jesús ha tomado el rollo que debía leer en la sinagoga, y delante de todos lee uno de los párrafos del profeta Isaías en que se habla del futuro Mesías; en ese párrafo se señala la actividad bienhechora del Mesías (Is 61, 1-2). Si se quería identificar al Mesías, éste debía tener unas características, y una de las principales debía ser su bondad especialmente con los más necesitados. En el mismo profeta Isaías se indican en diversos capítulos otra serie de características del Mesías.

De entre todas esas características, Jesús en su presentación escoge, lee y subraya ésta: La unción que ha recibido el Mesías es para: “anunciar a los pobres la Buena Noticia... para proclamar la liberación a los cautivos... para dar la vista a los ciegos... para dar libertad a los oprimidos... para proclamar un año de gracia del Señor”. Y es que Jesús (esa sería la intención del Evangelista San Lucas) quiere en esta primera presentación pública, presentar todo un panorama de su futura actuación en la vida pública durante tres años. Y en esta primera presentación hay varias afirmaciones: Yo soy el Mesías, el Enviado de Dios, el Ungido, el cumplimiento de todas las promesas del Antiguo Testamento. Y mi venida, sigue destacando Jesús, es para enseñar la Buena Nueva y para redimir: y redimir a cada uno de lo que necesita. Así resume Él su futura actividad: manifestar la Revelación y realizar la Redención. Su predicación es calificada de Buena Nueva. La de Jesús es una enseñanza Nueva; no quita su relación con lo revelado ya por Dios en el Antiguo Testamento, a través de los autores inspirados. Pero su enseñanza tiene un aporte que da la plenitud a todo lo anterior.

CELEBREMOS NUESTRA FE

El término ¨JUBILEO¨ proviene de la palabra hebrea ¨yobel¨ que se refiere al cuerno del carnero que los judíos usaban como trompeta para llamar a una fiesta. Jubileo también tiene una raíz latina, iubilum que representa un grito de alegría. El Año Santo es un Jubileo, una gran fiesta. 

¿Desde cuándo se celebran los Años Santos?
 Los judíos descansaban el séptimo día de cada semana (shabat o sábado). Desde que el pueblo judío logró escapar de Egipto, celebraban cada 7 años un año en el que dejaban descansar la tierra, para que ese año encontraran comida los pobres en el campo. Cada 7 años sabáticos, es decir cada 50 años, celebraban un año santo o año jubilar, dedicado al Señor. En los años santos, además de ayudar a los pobres, se perdonaban las deudas y se liberaba a los esclavos. En la Biblia encontramos algunos pasajes en los que se menciona la celebración judía. Tal vez el más importante se encuentre en el Levítico (Lv 25,8).

El primer Año Santo de la Iglesia Católica: – Los judíos celebraban en sus jubileos, el aniversario de su liberación de manos de Egipto. – Esta liberación, es como un antecedente que aparece en el antiguo Testamento, de la verdadera liberación que nos traería Jesucristo: la liberación del pecado. – Por ello es que la Iglesia Católica en cada año santo celebra La salvación que vino a traernos Jesús. 

Desde muy antiguo empezaron a aparecer los jubileos en la Iglesia, siempre relacionados con peregrinaciones a lugares santos como Roma (donde vive el Papa), Jerusalén (donde nació Jesús), Compostela o Asís (donde están enterados o  nacieron famosos santos). En el año 1300, El Papa proclamó que concedería perdón total de la pena por los pecados cometidos, a los que visitaran al principio de cada siglo la Basílica de San Pedro en Roma. Fijémonos  bien, el Papa  ofrecía perdonar   la ¨pena¨ que se tendría que pagar en el purgatorio para reparar un pecado perdonado. El pecado mismo es automáticamente perdonado con el Sacramento de la Confesión, sin embargo, como explicaremos  con detalle cuando hablemos de las indulgencias, ese pecado debe ser ¨reparado¨ para poder entrar a la presencia de Dios, que es toda perfección y todo bien. 
 
En ese entonces, viajar a Roma no era un viaje de placer, sino que significaba una peregrinación llena de dificultades e incomodidades. El que la hacía era porque verdaderamente estaba arrepentido de sus pecados y con la peregrinación, manifestaba su gran deseo de recibir el perdón de Dios y su propósito firme de cambiar de vida.
 
¿Cada cuánto se celebra un Jubileo?
En 1343, el Papa Clemente VI dijo que los años santos se celebrarían cada 50 años. Luego el Papa Pablo II, en 1470, estableció que el año santo sería cada 25 años, para que todas las personas tuvieran la oportunidad de vivir por lo menos un año santo en su vida, y así ha continuado hasta la fecha.  Además de los años santos de cada 25 años. En ocasiones especiales, un Papa puede proclamar un año santo ¨extraordinario¨ o especial, como es el caso del jubileo de la misericordia que juntos vamos a vivir y celebrar.
 
¿Pero… y que hay de especial? ¿Qué se hace? ¿Qué se busca en un año santo?
El año santo es la  invitación a una gran fiesta. ¿Y qué celebramos? Celebramos que hace  más de 2000  años, Jesús, por amor a ti, se hizo hombre (se encarnó) y vino al mundo. Gracias a ello los hombres podemos alcanzar la felicidad eterna en el cielo.


No se trata de estar contentos, el año de la misericordia, es también una invitación a una GRAN CONVERSIÓN, es decir a lograr un gran cambio en tu vida.  En los años santos jubilares, la Iglesia busca de manera especial, acoger entre sus brazos a todos los creyentes para ofrecerles la alegría de la reconciliación.   La Iglesia nos invita a recordar la invitación de Jesucristo: “Vengan a mi todos los que estén cansados y agobiados, que yo los aliviaré”. Nos invita a recordar el abrazo amoroso del Padre al regreso del hijo pródigo. El deseo de la Iglesia es que durante los años jubilares, nadie quiera excluirse del abrazo del Padre, que la alegría del perdón sea más grande y más profunda que cualquier resentimiento. En pocas palabras, que en los años santos, no haya un solo pretexto para vivir alejado de Dios.  Los Jubileos ordinarios celebrados hasta la fecha han sido 26, el último el año 2000, con el cambio de milenio y bajo el pontificado de Juan Pablo II.
 
COMPARTIMOS
¿Qué es un Jubileo? ¿Cuándo inicia y cuándo  terminará el jubileo de la Misericordia? ¿Qué recuerdas del gran jubileo del año 2000?   "un poco de misericordia cambia el mundo, lo hace menos frío y más justo".¿Han pensado ustedes en la paciencia de Dios, la paciencia que tiene con cada uno de nosotros? Esa, es pues su misericordia. Siempre tiene paciencia: tiene paciencia con nosotros, nos comprende, nos espera, nunca se cansa de perdonarnos si sabemos volver a Él con un corazón contrito” "Si el Señor no perdonara, el mundo no existiría." ¿Qué piensas de estas palabras del Papa francisco?
CANTO: (CANTO SUGERIDO: HOY SEÑOR TE DAMOS GRACIAS)
PADRE NUESTRO… AVE MARIA… GLORIA
ORACION DEL JUBILEO DE LA MISERICORDIA
ABRAZO DE PAZ
SEÑAL DE LA CRUZ
CANTO MARIANO














[1] Papa Francisco, Bula  Misericordiae  vultus (11-4-2015), promulgando y convocando al Jubileo Extraordinario de la Misericordia, 1.
[2] San Juan Pablo II. Encíclica  Dives in misericordia (1980), 2b

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