viernes, 11 de febrero de 2011

SEGUNDO RETIRO DE LAS SMP

COMPARTO CON USTEDES UNAS FOTOS DE LA PRIMERA JORNADA DEL II RETIRO DE LAS SANTAS MISIONES POPULARES. SEGUN LOS DATOS, SON MAS DE 800 PERSONAS LAS QUE ESTAN PARTICIPANDO. OREMOS POR LOS FRUTOS ESPIRITUALES Y PASTORALES  DE  ESTE II RETIRO DIOCESANO.

RACISMO EN GUATEMALA

Darwin Oliva festeja con Marvin Ávila, luego de que un remate del primero terminara en el autogol del empate. EDDY RECINOS
La prensa nacional nos presenta hoy un triste reportaje  sobre el racismo en Guatemala. La victima del reportaje es Marvin Ávila, jugador de futbol,  En  Guatemala, es triste decirlo, hay muchas personas que  se les desprecia  por su color de piel, por su forma de hablar... Dios nos libre de clasificar a las personas, que nunca se nos olvide que todos somos imagen y semejanza de Dios. El recismo nunca puede ser apludido por los crisitanos, pues atenta contra la dignidad de los seres humanos. Les dejo con el reportaje.
"Marvin Ávila habla tras ser víctima de racismo en Guatemala. Los ataques racistas en el mundo se han apoderado del futbol, y cada vez son más enérgicos e incontrolables. Guatemala no es la excepción, y la última víctima es Marvin Ávila, jugador de Municipal que ha sufrido insultos y burlas de aficionados que han desatado su furia de manera inexplicable. Titiman ha aprendido a vivir con la sombra de la discriminación. Cuando el jugador toca la pelota se escuchan sonidos parecidos a los gemidos de un mono desde los graderíos, mientras otros aficionados profieren insultos por el color de su piel. Su testimonio es crudo y dramático. “Me han dicho negro imbécil, negro desgraciado; me dicen que me largue para Lívingston a mantener a mi familia que no tiene nada”, cuenta Ávila, quien desde el 28 de diciembre último, cuando comenzó la pretemporada roja, se convirtió en una víctima más del racismo en el país. Ese día todo cambió para Ávila, porque no ha dejado de recibir insultos dentro y fuera de la cancha. “Salgo con mi familia y me gritan cosas ofensivas. Me dicen mono desgraciado y tantas cosas que me duelen. Como jugador no quiero equivocarme, pero a veces no salen las cosas”, añade. Los insultos le han causado frustración e impotencia ante la actitud de esos aficionados. “He llorado como un niño, por todo esto que recibo de un pequeño grupo de aficionados. Llegan a herirme como ser humano. Me duele; lo digo de corazón”, expresa el jugador.

Racismo incontrolable

Uno de los momentos más críticos que ha vivido Ávila en los últimos meses fue durante un entrenamiento de Municipal, en el estadio El Trébol, cuando un seguidor que se encontraba en los graderíos lo insultó. Ávila se enfureció y corrió. Saltó la malla para encarar al aficionado, pero su compañero de equipo Carlos Castillo lo detuvo, para evitar un problema mayor. “Ya era demasiado. Desde que llegué a la pretemporada empezaron con esto. Me enojé. Sé que cometí un error, pero debo ver al futuro y pensar positivo. Gracias a Dios tengo compañeros como Gonzalo Romero y otros en el equipo que me hablan y me apoyan”, refiere el futbolista. Ávila comenta que hay muchos jugadores como él que también sufren por racismo. “Hay varios de Lívingston que estamos en Liga Nacional y Primera División, y todos merecemos respeto. Pensemos en los niños que van al estadio y escuchan estas cosas”, enfatiza.

En Guatemala

Este no es el primer caso de racismo que se da en Guatemala. Uno de los más sonados fue el de Julio Estacuy, jugador de Xelajú que fue insultado por ser indígena. “Cuando empecé a jugar aparecían pintas afuera del estadio donde me decían indio. Fue una etapa muy difícil, porque estaba jugando para el equipo de la ciudad donde nací y no lo entendía”, recuerda Estacuy. “Fue un proceso complicado, porque mi gente me discriminó, pero pienso que no hay indios ni ladinos; solo personas”, expresa el jugador.

Buscan erradicar problema

Aunque en Guatemala no se ha emitido sanción alguna y existe un reglamento en la Liga Nacional contra el racismo, en algunos países donde ese problema es muy marcado las autoridades deportivas han implementado una serie de reglas para erradicar la discriminación. En República Checa, donde con frecuencia los jugadores de tez morena son víctimas de racismo y algunos hasta han sido golpeados con objetos, se adoptó un reglamento de la UEFA, donde se establece que el partido puede terminar en forma prematura y el equipo local perderá los tres puntos. Si se repite el caso en un mismo estadio, el cuadro será privado de seis puntos e incluso será transferido a un campeonato inferior. En el 2001, la Fifa firmó un acuerdo en Buenos Aires en el que invita a las autoridades a unirse contra la discriminación, a los organizadores de partidos a tomar medidas drásticas y a los aficionados eliminar todas las actitudes racistas. A pesar de ese pacto y que se han formado organizaciones en contra del racismo, los casos han aumentado y cada vez son más frecuentes en el mundo. Guatemala no se ha salvado de esa situación" Tomado de Prensa Libre, edición de hoy 11 de febrero de 2011







miércoles, 9 de febrero de 2011

EL VICARIO GENERAL DE NUESTRA DIOCESIS

PADRE FERNANDO BRAVI
VICARIO GENERAL DE LA DIOCESIS DE SANTA ROSA DE LIMA

Les presento al  vicario general de nuestra Diocesis de Santa Rosa de Lima,  Don Fernando Bravi Guerini, sacerdote diocesano misionero, originario de Italia. Padre Fernando, a trabajado pastoralmente  en las parroquias de “Santa Inés” Pueblo Nuevo Viñas, “San Juan Evangelista” San Juan  Tecuaco. Actualmente, presta su servicio pastoral en la parroquia “Cristo Rey” Nueva Santa Rosa.  Agradecemos desde este blog a nuestro vicario general,  por su trabajo pastoral en la Iglesia que peregrina en Santa Rosa de Lima. 
 
El Código de Derecho Canónico en el canon 475 § 1, hablando sobre la figura del  vicario general  nos dice:  En cada diócesis, el Obispo debe nombrar un Vicario general, que, dotado de potestad ordinaria a tenor de los cánones que siguen, ha de ayudarle en el gobierno de toda la diócesis. El vicario general, sigue las  líneas de acción del Obispo. El Vicario siempre estará para apoyar a su Obispo.. El vicario general puede, y con la delegación del Obispo, administrar el Sacramento de la Confirmación. En caso de que el Obispo viaje por un lapso de tiempo mediano o largo, el vicario general asume y le representa sus funciones pastorales y diocesanas.

PADRE FERNADO BRAVI, SIEMPRE ALEGRE Y FIEL A SU VOCACION


 
El vicario general es, dentro de la jerarquía de la Iglesia Católica, un auxiliar del obispo, nombrado por este y que le ayuda en el gobierno de la diócesis. 

lunes, 7 de febrero de 2011

DON GUIDO MARINI EL CEREMONIERO DEL PAPA

El 1 de octubre de 2007 el Santo Padre Benedicto XVI, le nombró Maestro de Celebraciones Litrugicas Pontificias, sucediendo a Mons. Piero Marini. Junto con este nombramiento, se le concedió en título de Prelado de Honor de Su Santidad, es decir, que se le puede llamar Monseñor sin haber recibido la Ordenación Episcopal.




ENTREVISTA AL CEREMONIERO DEL PAPA

Monseñor, ¿por qué es importante la liturgia?


En la liturgia se hace presente de modo sacramental el misterio de nuestra salvación. Aquel que ha resucitado de la muerte, el Viviente, renueva el sacrificio redentor en virtud de la potencia del Espíritu Santo. De esa manera, mediante el rito litúrgico, el hoy de nuestra vida y de nuestra historia comienza a ser habitado por la eternidad de Dios y por su amor que salva. La liturgia es como el asomarse del cielo sobre la tierra, de modo que la tierra, el mundo de los hombres, es tocado en cierta manera por el cielo, el mundo de Dios, que es Verdad y es Amor.


¿Que conviene hacer, en su opinión, para estimular la participación de los fieles en la Santa Misa?


Se trata de ayudar a entender que la participación en la liturgia es, sobre todo, la entrada de nuestra vida en otra Vida, la de Dios. En el rito litúrgico celebramos una acción que nos precede, y que nos es donada para que se convierta en nuestra. Me refiero a la acción del Señor Jesús, que ofrece su vida al Padre para la salvación del mundo. Se participa activamente en la celebración litúrgica si uno se deja implicar en esta acción sagrada, si se abre al don de esta nueva Vida, que es amor y que realmente nos hace cada vez más cristianos o, en otras palabras, hijos en el Hijo, conformes con la voluntad de Dios.

En este sentido, participación significa conformación progresiva con el Señor Jesús, asimilación cada vez más fiel a aquello que San Pablo define como el “pensamiento de Cristo”.

La participación, además, requiere también una actividad dentro del rito litúrgico, según las precisas indicaciones de la Iglesia al respecto. Esta actividad es importante, no cabe duda. También porque es expresión de la diversidad y complementariedad de los miembros del Cuerpo de Cristo.

Sin embargo, no serviría de nada si no contribuyese a realizar aquel grado de participación que es la transformación de nuestra vida en Cristo, a partir del encuentro con el misterio celebrado.

 
Desde que asumió el encargo como Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias se han notado algunos cambios en las celebraciones del Papa...


Apenas me llegó la noticia de mi nombramiento como Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, me propuse ser en lo posible un servidor fiel del Santo Padre y de su vida litúrgica, esforzándome por colaborar para que la liturgia papal fuese lo más posible expresión de sus orientaciones y de sus indicaciones. La liturgia papal es la liturgia del Papa, ejemplo para la liturgia de toda la Iglesia, verdadero magisterio litúrgico ofrecido a todos. Por eso debe ser siempre la fiel expresión del pensamiento litúrgico del Papa.

 
Benedicto XVI utiliza desde hace algún tiempo ornamentos cada vez más diversos, y en un cierto sentido “vistosos”, que pertenecieron también a sus predecesores. ¿Por qué?


No diría precisamente “vistosos”. En realidad, el Santo Padre utiliza vestiduras litúrgicas que varían en el estilo, en función del tiempo litúrgico y de las particulares celebraciones. Así, en algunas circunstancias lleva ornamentos antiguos y en otras, ornamentos nuevos.El criterio que se intenta seguir es el de la belleza, porque la liturgia está llamada a expresar, también en el lenguaje humano de los signos, la belleza del misterio de Dios que es Amor. El minimalismo no es el lenguaje apropiado en el arte litúrgico. Como nos han enseñado también los santos, para el culto de Dios hay que reservar lo mejor. De aquí es de donde nace, entre otras cosas, la verdadera caridad y el amor hacia los hermanos. En cuanto al hecho de que utilice de cuando en cuando vestiduras litúrgicas que pertenecieron a sus predecesores, es simple y elocuentemente una señal de continuidad con la historia que nos precede, un aprecio por los “tesoros de familia”, que son patrimonio litúrgico de la Iglesia de ayer y de hoy.

 
La Cruz pastoral de plata de Pablo VI ha sido sustituida por una dorada…


En las celebraciones litúrgicas el Papa no usa el pastoral, como lo entendemos comúnmente para los Obispos. En el pasado, los Sumos Pontífices, en algunas circunstancias particulares, llevaban la ferula, el bastón en forma de cruz. Con Pablo VI entró en la praxis litúrgica papal, hasta Juan Pablo II, el uso de la cruz pastoral con el crucifijo. Benedicto XVI ha considerado más apropiado para la liturgia papal el uso habitual de la férula, la cruz pastoral sin el crucifijo.

 
¿Cómo concebir la belleza de la acción litúrgica sin caer en un mero esteticismo?


Teniendo presente que no se puede desvincular la belleza, cuando es auténtica, de la verdad y el amor. Así, la presencia de la belleza en el acto litúrgico remite a aquella Belleza divina en la cual resplandecen la Verdad y el Amor de Dios. Dejarse alcanzar por esa Belleza debe significar la disponibilidad radical a someter la propia vida a la Verdad y al Amor, la voluntad de abandonar la mentalidad del mundo, en cuanto que en él habita el pecado y la rebelión frente al Señor, para abrazar sin tardanza la llamada a la santidad.

 
En su opinión, ¿se precisa hoy una formación litúrgica más adecuada?


Sin duda. Lo que ya se sentía como una tarea urgente en los tiempos del Concilio Vaticano II, me parece que sigue siéndolo en el presente, quizá con una nota de urgencia aún mayor. Sólo gracias a una verdadera formación litúrgica los ritos y las oraciones de las celebraciones podrán ser el vehículo bello y extraordinariamente rico para entrar en el misterio celebrado. En caso contrario, corremos el riesgo de quedarnos en el umbral de una realidad inaccesible. En el tiempo de la nueva evangelización se requiere también un particular esfuerzo para una renovada formación litúrgica.

Hablemos de la importancia del silencio en la Santa Misa.


En los documentos de la Iglesia se habla, a ese respecto, de “silencio sagrado”. Resulta con claridad que el silencio que debe observarse durante la celebración eucarística es parte integrante del misterio que se está celebrando. La oración de la Iglesia se compone de diversos aspectos, que guardan relación con todo el complejo denuestra condición humana y con todos los tipos de lenguajes de que seamos capaces. Entonces rezamos con la palabra, con el canto, con la posición del cuerpo. Rezamos también con el silencio, que es sagrado porque nos permite dejar que resuene en las profundidades del corazón la extraordinaria experiencia del encuentro sacramental y de amor con el Verbo de Dios hecho carne, crucificado y resucitado para nuestra salvación.

¿Y qué orientación es preferible en la celebración?


En realidad, la única orientación auténtica de la celebración litúrgica es hacia Dios. Otra cuestión es la que atañe a cómo esta orientación, concretamente, encuentra realización en la disposición del edificio-iglesia, del altar, del crucifijo. Me parece que es fundamental un dato, sobre el cual es necesario ser claros: en la celebración litúrgica todo debe servir de ayuda para que no se pierda la orientación al Señor, ypara que se nos ayude a vivir la exhortación contenida al inicio del prefacio: “Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor”.

 
Al menos en las Misas del Papa, el crucifijo ha vuelto al centro del altar...


Me parece que, sobre esto, el modo más convincente de responder a esa pregunta es remitir a lo que ha escrito Benedicto XVI en el prefacio al volumen de su Opera Omnia llamado Teología de la liturgia, recientemente editado también en italiano:

“La idea de que sacerdote y pueblo deberían mirarse recíprocamente en la oración ha nacido sólo en la cristiandad moderna, y es completamente extraña a la antigua. Sacerdote y pueblo, ciertamente, no rezan el uno hacia el otro, sino hacia el único Señor. Por tanto, en la oración miran en la misma dirección: o hacia Oriente como símbolo cósmico por el Señor que viene o, donde esto no es posible, hacia una imagen de Cristo en el ábside, hacia una cruz o simplemente hacia el cielo, como el Señor hizo en la oración sacerdotal la víspera de la Pasión (Jn 17, 1). Entretanto se abre camino cada vez más, afortunadamente, la propuesta hecha por mí al final del capítulo en cuestión de mi obra [Introducción al espíritu de la liturgia, pp.70-80]: no proceder a nuevas transformaciones, sino poner simplemente la cruz en el centro del altar, hacia la cual puedan mirar juntos sacerdote y fieles, para dejarse guiar de tal modo hacia el Señor, al que rezan todos juntos”.

 
El hecho de que el Santo Padre dé siempre la comunión en la boca y de rodillas, ¿quiere ser un ejemplo para toda la Iglesia? ¿Es el camino que se debe preferir?


Yo diría que en este caso vale la pena citar lo que afirma el Santo Padre en el libro-entrevista Luz del mundo, aparecido hace poco en las librerías: “Al hacer que se reciba la comunión de rodillas y al darla en la bocahe querido colocar una señal de respeto y llamar la atención hacia lapresencia real. No en último término porque, especialmente en actos masivos, como los tenemos en la basílica y en la plaza de San Pedro, el peligro de banalización es grande. […] He querido establecer un signo claro. Debe verse con claridad que allí hay algo especial. Aquí está presente Él, ante quien se cae de rodillas. ¡Prestad atención! No es meramente un rito social cualquiera del que todos podemos participar o no”.

 
¿Qué lugar revisten el canto y la música? Y sobre todo, ¿qué tipo de música?


El canto y la música son parte integrante de la celebración litúrgica, y no un simple adorno. De ahí que en la liturgia el canto y la música, cuando son en la verdad de su ser, nacen del corazón que busca el misterio de Dios y se convierten en una exégesis del mismo misterio. Por tanto, hay un ligamen intrínseco entre la palabra, la música y el canto en la celebración litúrgica. Música y canto, en efecto, no pueden ser desligados de la palabra, la de Dios, de la cual en cambio han de ser interpretación fiel y des-velamiento. Esta es la objetividad del canto y de la música litúrgica, que no debería nunca entregarse a la extemporaneidad superficial de sentimientos y emociones pasajeras que no responden a la grandeza del misterio celebrado.

La historia de la Iglesia nos ha entregado, como repetidamente recuerdan los documentos del magisterio, dos formas musicales ejemplares desde este punto de vista: me refiero al canto gregorianoy a la polifonía romana clásica. Se trata de formas musicales que se ponen al servicio de la liturgia sin hacer de la liturgia un espacio al servicio de la música y del canto. Como tales deben ser conservadas,y a partir de ellas hay que dar vida y enriquecer el patrimonio de la música litúrgica de nuestro tiempo.

¿Qué suerte le está correspondiendo al latín?


Antes que nada, el latín está nativamente ligado al gregoriano y a la polifonía romana clásica; y, en consecuencia, no puede por menos que ser conservado y valorado en este ámbito litúrgico. Añado sin embargo que hay también otros componentes de esta lengua, comosu capacidad de dar expresión a aquella universalidad y catolicidad de la Iglesia a la que verdaderamente no es lícito renunciar.

¿Cómo no sentir, en este contexto, una extraordinaria experiencia de catolicidad cuando, en la basílica de San Pedro, hombres y mujeres detodos los continentes, de nacionalidades y lenguas diversas, rezan y cantan juntos en la misma lengua? ¿Quién no percibe la cálida acogida de la casa común cuando, al entrar en una iglesia de un país extranjero puede, al menos en algunas partes, unirse a los hermanos en la fe en virtud del uso de la misma lengua? Para que esto continúe siendo concretamente posible, es necesario que en nuestras iglesias y comunidades se conserve el uso del latín, por vía ordinaria y con la debida sabiduría pastoral.

 
Como Usted decía, hace poco se ha publicado el undécimo volumen de la Opera Omnia de Joseph Ratzinger, precisamente sobre el tema de la liturgia. ¿Se puede afirmar que este es uno de los temas de fondo del pontificado de Benedicto XVI?


Creo que no hay duda sobre ello. Baste pensar en las repetidas intervenciones del Santo Padre en materia litúrgica desde el inicio de su pontificado, o también en la importancia dada a las liturgias celebradas en San Pedro, en Roma, en Italia y en cualquier parte del mundo. Por otra parte, un motivo dominante en el pensamiento del teólogo Joseph Ratzinger y en el magisterio de Benedicto XVI es el del primado de Dios [portanto, não dos "HOMENS..], el de la prioridad absoluta del tema “Dios” y, por tanto, el de la Liturgia, para que no se pierda la correcta y verdadera orientación en la vida de los hombres, en la vida de la Iglesia.

TOMADO DE: REVISTA PALABRA, No. 571, ENERO 2011